"Los dioses no son justos."
Thjazi siempre ha creído esto y con los años, su resentimiento hacia ellos ha crecido. El desdén de los dioses por él y los suyos ha hecho mella en su espíritu, hasta el punto de que solo impartirles una lección ejemplar puede calmar su sed de venganza.
Así pues, tomando la forma de un águila, se dirige al bosque donde la diosa Idunn custodia las manzanas doradas que otorgan la eterna juventud a los dioses. Tras largos días de vigilia, espera el momento oportuno y mientras Idunn duerme, le arrebata todas las manzanas del árbol, emprendiendo el vuelo con el preciado botín hacia su guarida en las cavernas del norte.
Al despertar, Idunn cae en la desesperación al ver que no quedan manzanas en el árbol y que este, junto con el resto del bosque, comienza a marchitarse. Usando todo su poder, intenta restaurar el manzano dorado, pero solo consigue posponer lo inevitable.
Sabiendo que no puede abandonar el bosque si quiere evitar una catástrofe inminente, utiliza el poco poder que le queda para bendecir a un pequeño slime que reside cerca del árbol con la capacidad de alterar su ser, tomando prestado el poder de los 4 elementos de la naturaleza. Con este acto, le confía la misión de emprender un viaje para recuperar las manzanas robadas y restaurar el árbol y el resto del bosque.